EL ESCRITOR: LA LITERATURA Y LOS GÉNEROS LITERARIOS


Por Alicia Cámpora ( VII FERIA DEL LIBRO DE SAN NICOLÁS- 2002)

La idea inicial para esta charla fue hablar sobre los géneros literarios para intentar responder la pregunta del millón. ¿Qué género literario es más difícil? Digo la pregunta del millón porque difícilmente no surja cada vez que se juntan más de dos escritores y hablan de literatura.
Antes de continuar con la idea quiero aclarar que hasta que no abordemos directamente el tema de los géneros literarios, cada vez que hablo de género me refiero a la clasificación tradicional: lírico, narrativo y dramático.
Decía que la pregunta del millón me produce cierta curiosidad porque no alcanzo a comprender si la inquietud que provoca será motivada por la necesidad de encontrar una explicación válida que responda estrictamente a lo que dice la letra.
Yo no podría decir que preparar un lomo al champignon sea más importante o difícil que amasar unos tallarines, o viceversa, porque dependerá de la elección que cada uno haga de los elementos con los que más le gusta cocinar, del tiempo que le dedique y las habilidades que tenga para hacer una u otra cosa.
Creo que con los géneros literarios pasa exactamente lo mismo. Quien crea que escribir 300 páginas es más importante que escribir tres seguramente no será capaz de escribir una sola con valor literario y mucho menos de comprender que el acto creador no se limita a volcar en un papel un momento de epifanía sino que constituye un arduo trabajo. No creo que los géneros en sí mismos encierren un mayor grado de dificultad o de importancia sino que simplemente son diferentes las dificultades porque los elementos que emplean son diferentes, así como los propósitos.

Aclarada la motivación que dio origen a la necesidad de esta charla, me gustaría explicar el por qué del título: EL ESCRITOR: LA LITERATURA Y LOS GÉNEROS LITERARIOS.
Pensé que no podíamos hablar de géneros sin aunar criterios sobre qué es la literatura, y pensé además, que lo quería hacer desde el punto de vista del escritor que es el hacedor de la literatura. Y entonces sería una manera de desacralizar en algo las posturas demasiado rígidas y academicistas para hablar de algo que no es rígido y que se mueve en una multiplicidad de planos.
Julio Cortázar llamaba cementerio al diccionario y Borges decía que no es el diccionario quien enriquece la literatura sino al revés, la literatura es la que enriquece al diccionario. Cuento esto porque tiene cierta relación con lo que yo decía antes de la desacralización. No son los academicistas los que marcan las pautas para la obra de arte sino son las obras literarias las que les proporcionan la materia para sus estudios.

Ahora bien, vamos a intentar definir la literatura. La Real Academia dice arte bello que emplea como instrumento la palabra. Comprende no solamente las producciones poéticas, sino todas aquellas obras en las que caben elementos estéticos como las oratorias, históricas y didácticas. Otra acepción de la Real Academia: Teoría de las composiciones literarias. Otra: conjunto de obras literarias de una nación, de una época o de un género. Y para finalizar, la Real Academia dice, conjunto de obras que versan sobre un arte o ciencia.
La crítica impresionista explicaba la literatura como la expresión individual del autor o como producto del marco histórico.
A principios del siglo XX los formalistas rusos se preguntaban qué es lo que vuelve literario a un texto. Para explicarlo, desecharon la crítica impresionista, extendieron lo formulado por Saussure y buscaron la especificidad de la literatura. La encontraron en el lenguaje
Jacobson plantea que en los distintos tipos discursivos conviven varias funciones pero que cuando prevalece la función estética estamos frente a una obra literaria. Y establece las diferencias entre función expresiva y función poética, que muchas veces suele confundirse. La primera privilegia al emisor, y la segunda, la poética, al mensaje, a la palabra, las sugerencias que ésta puede producir al asociarse con otras.
Mukarovsky, también miembro del Círculo de Praga, concibe el lenguaje de la poesía distinto al lenguaje cotidiano ya que en éste, la atención se concentra en la practicidad y en el poético, la atención se concentra en la manera de construir el texto. Mukarovsky asegura que ninguno de los dos está privado de la función comunicativa ni tampoco de preocupaciones formales, sólo se trata de desplazar el centro de gravedad.
Shkovski considera que el lenguaje literario significa desautomatizar las formas lingüísticas de mirar el mundo. El lenguaje de uso cotidiano significa automatización y economía. La palabra poética en cambio está en proceso continuo de desautomatización. Esta está ligada al momento de la producción y al de la lectura.
Hasta la llegada del Humanismo la función estética estaba subordinada a otras funciones: didáctica, religiosa, histórica, luego esta función cobró autonomía.
En la década del 70 se consideró al texto artístico como una realización del modelo. Texto asociado a mensaje y modelo a lenguaje.
Para Lotman el lenguaje artístico adopta como base el modelo de la lengua natural pero con un significación que remite a normas convencionales, a la ideología, a códigos naturales fundidos en la estructura lingüística que permite su comunicación. El tiene en cuenta al lector que es quien aporta los sistemas culturales desde los que realiza la lectura. Expresa Lotman que el arte trabaja sobre la multiplicidad de planos ya que los elementos constitutivos se integran a distintos sistemas de la cultura. Llamamos sistema a un tejido articulado de signos que vinculan el plano de la expresión con el plano del contenido.
Roland Barthes considera que la literatura es el cruce de dos sistemas, el de connotación y el metalenguaje. Como sistema de connotación, la expresión articula un significante y un significado. Noche oscura remite a un significado denotativo, noche sin estrellas, pero por connotación se abre a otro significado, noche intranquilizadora, o a otro, noche triste. Y la literatura como sistema metalingüístico se propone como un lenguaje que habla de sí mismo. El cruce de ambos sistemas sería la literatura. Para él la literatura es fuente de verdad. ¿Qué verdad? La de sentido, porque la literatura habla del mundo y para hacerlo crea una ficción.
Mijail Bajtin plantea a la literatura como un género discursivo. Tiene carácter social y dialógico, como espacio en el que suenan los ecos de otros enunciados. Cada enunciado se integra a otros de la historia de la literatura. Siempre se ve la presencia de esos otros, directa o indirectamente. A modo de homenaje, de crítica, o de parodia
Jean Paul Sartre define a la literatura como una subjetividad que se entrega con la forma de lo objetivo, un discurso que equivale a un silencio, un pensamiento que se discute a sí mismo. Para él la literatura es compromiso y manifestación. ¿Por qué manifestación? Porque el hombre se manifiesta siempre, escriba o reme, elija una mujer o una corbata. Y para explicar lo de compromiso, asegura Sartre que algunos escritores realistas han dicho que se inclinaban sobre los ambientes que trataban. ¡Se inclinaban! , dice, ¿dónde estaban, pues? ¿En el aire? Fuera de su mundo. Y concluye afirmando que hay escritores que tienen la tentación de la irresponsabilidad.
Aristóteles, en su poética, habla del arte como imitación de la realidad, tal como el poeta la ve o como cree que debería ser. Las artes consideradas por él eran la música, la pintura y la poesía. Dice que sólo se diferencian por cómo y el para qué, por los medios de los que se valen para llevar a cabo la imitación. Manifiesta que la gente llama poeta a todos los que escriben en verso, aún si se tratara de un tratado de medicina escrito en verso. Idea que él no comparte, para él son poetas los que escriben poesía, épica, tragedias, comedias, o cuentan historias. Unos usan la armonía y el ritmo, otros hechos malos o buenos, otros actúan. Aristóteles está hablando de algo que está más allá, está hablando del propósito.
Hace muchos años me enseñaron en el colegio que la literatura es el arte de combinar las palabras.
Creo que por lo dicho hasta ahora, acordando o no el algunas cosas, hay algo en lo que coinciden todos y entonces podemos decir que la literatura no es la expresión de sentimientos, la mera apelación a quien lee o el testimonio sobre algo que pasó. La literatura incluye esas funciones, pero las subordina a otra, a la función estética.
Para concluir con el tema de qué es la literatura me gusta la explicación que da Nabokov, él dice que la literatura no nació el día que un chico llega hasta su padre corriendo y asustado, diciendo que un lobo viene persiguiéndolo, con el lobo en sus talones, sino el día en que un chico llega hasta su padre, corriendo y asustado diciendo que un lobo viene persiguiéndolo, y ese lobo no existe. O sea, la literatura como ficción. Y aunque no lo diga explícitamente está incluyendo la función poética, porque para que el padre, el lector crea en la presencia del lobo deberá crear verosimilitud en el relato y para crearla deberá valerse de recursos propios de la literatura. Deberá seleccionar los datos, deberá decidir de qué manera , qué forma empleará para contarlo, qué recursos empleará.
Hablamos de ficción. ¿Qué es la ficción? ¿Sólo lo que resulta de la invención del autor? Sin dudas, no. También lo que resulta de algo tomado de la realidad, que nunca será exactamente igual a esa la realidad, que será una recreación, porque tanto autor como lector pondrán sus vivencias, sus sentimientos, su modo particular de aprehender el mundo.

Antes de abordar el tema de los géneros, me gustaría remarcar sobre conceptos que hemos manejado hasta ahora, el de poeta y función poética. Vemos que desde Aristóteles hasta los críticos contemporáneos se habla de poeta para referirse a quien trabaja con la palabra. Y se habla de función poética como sinónimo de función estética, o sea, no referido a la forma exterior del lenguaje sino por el carácter de intuición y las imágenes que la revelan, al modo de experimentar la realidad y de recrear el lenguaje.
Tradicionalmente, al hablar de géneros se habló de los géneros literarios, lírico, narrativo y dramático. Hoy, se presenta un panorama más amplio, si decimos géneros, decimos géneros discursivos para clasificar los textos según la función que predomine en ellos.
Jacobson afirma que es imposible restringir el concepto de género a la literatura. Y elabora una clasificación textual según la función predominante. Esas funciones pueden ser expresiva, referencial, apelativa y poética (o sea los textos literarios) La función poética tiene como preocupación el lenguaje mismo, su construcción. Pero agrega Jacobson, podemos hacer una clasificación más estricta de los géneros si tenemos en cuenta la trama. Entonces tendríamos una trama narrativa en la que incluiríamos poesías, cuentos, novelas; una trama descriptiva en la que incluiríamos a la poesía; y una trama conversacional, para el teatro. Clasificación que me parece muy interesante.
Por su parte, Mijail Bajtin manifiesta que usar la lengua significa comprender y producir distintos tipos de discursos. Plantea la existencia de distintas tipologías textuales que constituyen los géneros discursivos y que van desde una simple carta, un relato cotidiano, hasta las manifestaciones científicas y artísticas. Los primeros serían discursos primarios y los segundos, secundarios o complejos.
Resumiendo, no está mal hablar de géneros literarios, sobre todo por cuestiones didácticas. Es más, los chicos lo tienen bastante claro en el aspecto gráfico, ya que suelen determinar que es poesía porque está escrito para abajo, que es cuento porque tiene pocas hojas y novela porque es larga. Y no está mal, repito, pero creo que no es necesario aferrarnos estrictamente a esa clasificación rígida, sobre todo hoy en que los límites entre un género y otro se encuentras más indefinidos, sobre todo hoy que podemos hablar de hibridez de géneros.
Yo diría que los géneros son patrones de percepción y reconocimiento, pero que los textos no pertenecen a tal o cual género sino que participan de varios géneros. Es más cada texto puede fundar un nuevo género.
Es verdad que la poesía es subjetividad, que es la expresión del yo, y eso es tan amplio que puede significar evocación, denuncia, lucha, deslumbramiento, descripción y narración.
Es verdad que un cuento nos muestra un instante de vida que corresponde al pasado, es verdad que narra situaciones, hechos, pero no significa que en esa construcción mesurada y sin estridencia no veamos los sentimientos, la subjetividad.
Es verdad que la novela nos muestra la vida, que es el espejo donde se refleja la vida pero no es menos verdad que también es un espejo de los sentimientos.
Cuando digo sentimientos digo miedos, angustias, problemas, expectativas, posturas ideológicas. Quizás la diferencia, como decía Aristóteles, esté en cómo los expreso.
Entendiendo la Poética como estilo, como modo de ver la realidad, no hay diferencias. Si observamos la poesía Rascacielos de M. Hernández, y un texto de Bukowski, tan diferentes, usando palabras este último tan pocos poéticas, si quieren, atendiendo a la idea que hay palabras poco poéticas y que no comparto, qué diferencia encontraríamos entre ambos si lo único que están haciendo es hablar de la alienación del hombre en Nueva York.
Termino diciendo, para qué establecer diferencias si lo que hacen poetas, cuentistas, novelistas y dramaturgos no es más que dejar en el papel un momento de epifanía y que sólo los diferencia la manera que han elegido para expresarlo.
Gracias.

VII FERIA DEL LIBRO DE SAN NICOLÁS - 2002