SOY EN EL POEMA

-----------------------------------------------“Cantamos para silenciar la muerte
------------------------------------------------ y anochecer la vida....”
------------------------------------------------------------------------Nina Thürler


--------------------------------------Para Alicia Cámpora

Para saber
--------------quién soy,
---------------------quién seré.
Indago el silencio

Arista del viento,
--------------trama de rocío.
Último escalón,
sombra circular.

El dolor amordaza la intemperie.

Busco el silencio.
--------------Contraluz, esperanza,
--------------verbo, llaga.
Párpado herido,
escombro temporal.

Nudos en el paladar
quiebran el grito,
refuerzan lo fugaz.
Garganta exhausta,
pulmones sedientos.
---------------Traban el suspiro.

Puerta del infierno.
Regreso sobre la ceniza.
Ritual de ausencia,
ordenando los misterios.
Noche insomne,
paraje luminoso.

El pulso se enciende,
--------------las pupilas brillan
aún sabiendo que la hora
viene con su muerte.

Somos
en la palabra
---------------en el poema,
---------------en la luz.

Abrazando otra vida.




Marta Schofs de Maggi
Diciembre 2007


Marta Schofs de Maggi:
Nació en San Nicolás, Provincia de Buenos Aires casada, madre de cuatro hijos mayores de edad. Es Asistente Social, Licenciada en Servicio Social, Coordinadora Grupal Operativa en Psicología Social, Técnica Superior en Administración de Personal, Capacitación Docente Nivel Superior, Créditos para Maestría en Comunicación, Consultor Familiar y Coordinador de Escuela de Padres.
Es Presidente del Instituto José Félix Bogado y Directora de la Revista Oñondivé de este Instituto.
Responsable de Proyectos Especiales y Capacitación de ACI. Asociación Civil de Capacitación Integral. A colaborado con distintos medios radiales en la ciudad de San Nicolás.
Dictó conferencias sobre destacados escritores en Asunción del Paraguay, Santiago de Chile y en Montevideo, ha participado en más de cincuenta antologías a nivel zonal, provincial, nacional y en el extranjero
Ha publicado cinco libros de poemas: Esta Mala Costumbre de Andar en Carne Viva, con prólogo de Gustavo García Saraví (Editorial Cuadernos de la Brújula, 1978), Conjuro para Seducir a la Tristeza, (Fundación Argentina para la Poesía, 1985), Ensayo para Acosar el Reverso del Llanto (Ediciones Marymar, 1991), En un Exilio de Espejismos (Editorial Vinciguerra, 1998) y En los Indicios de la Luz (Ediciones Botella al Mar, 2007)

Para comunicarse:
Los Aromos 2545 San Nicolás, B2900MVI. Provincia de Buenos Aires, Argentina Tel 54 03461 462051 – 54 03461 460503
mail: martaschofs@arnet.com.ar

EL ESCRITOR: LA LITERATURA Y LOS GÉNEROS LITERARIOS


Por Alicia Cámpora ( VII FERIA DEL LIBRO DE SAN NICOLÁS- 2002)

La idea inicial para esta charla fue hablar sobre los géneros literarios para intentar responder la pregunta del millón. ¿Qué género literario es más difícil? Digo la pregunta del millón porque difícilmente no surja cada vez que se juntan más de dos escritores y hablan de literatura.
Antes de continuar con la idea quiero aclarar que hasta que no abordemos directamente el tema de los géneros literarios, cada vez que hablo de género me refiero a la clasificación tradicional: lírico, narrativo y dramático.
Decía que la pregunta del millón me produce cierta curiosidad porque no alcanzo a comprender si la inquietud que provoca será motivada por la necesidad de encontrar una explicación válida que responda estrictamente a lo que dice la letra.
Yo no podría decir que preparar un lomo al champignon sea más importante o difícil que amasar unos tallarines, o viceversa, porque dependerá de la elección que cada uno haga de los elementos con los que más le gusta cocinar, del tiempo que le dedique y las habilidades que tenga para hacer una u otra cosa.
Creo que con los géneros literarios pasa exactamente lo mismo. Quien crea que escribir 300 páginas es más importante que escribir tres seguramente no será capaz de escribir una sola con valor literario y mucho menos de comprender que el acto creador no se limita a volcar en un papel un momento de epifanía sino que constituye un arduo trabajo. No creo que los géneros en sí mismos encierren un mayor grado de dificultad o de importancia sino que simplemente son diferentes las dificultades porque los elementos que emplean son diferentes, así como los propósitos.

Aclarada la motivación que dio origen a la necesidad de esta charla, me gustaría explicar el por qué del título: EL ESCRITOR: LA LITERATURA Y LOS GÉNEROS LITERARIOS.
Pensé que no podíamos hablar de géneros sin aunar criterios sobre qué es la literatura, y pensé además, que lo quería hacer desde el punto de vista del escritor que es el hacedor de la literatura. Y entonces sería una manera de desacralizar en algo las posturas demasiado rígidas y academicistas para hablar de algo que no es rígido y que se mueve en una multiplicidad de planos.
Julio Cortázar llamaba cementerio al diccionario y Borges decía que no es el diccionario quien enriquece la literatura sino al revés, la literatura es la que enriquece al diccionario. Cuento esto porque tiene cierta relación con lo que yo decía antes de la desacralización. No son los academicistas los que marcan las pautas para la obra de arte sino son las obras literarias las que les proporcionan la materia para sus estudios.

Ahora bien, vamos a intentar definir la literatura. La Real Academia dice arte bello que emplea como instrumento la palabra. Comprende no solamente las producciones poéticas, sino todas aquellas obras en las que caben elementos estéticos como las oratorias, históricas y didácticas. Otra acepción de la Real Academia: Teoría de las composiciones literarias. Otra: conjunto de obras literarias de una nación, de una época o de un género. Y para finalizar, la Real Academia dice, conjunto de obras que versan sobre un arte o ciencia.
La crítica impresionista explicaba la literatura como la expresión individual del autor o como producto del marco histórico.
A principios del siglo XX los formalistas rusos se preguntaban qué es lo que vuelve literario a un texto. Para explicarlo, desecharon la crítica impresionista, extendieron lo formulado por Saussure y buscaron la especificidad de la literatura. La encontraron en el lenguaje
Jacobson plantea que en los distintos tipos discursivos conviven varias funciones pero que cuando prevalece la función estética estamos frente a una obra literaria. Y establece las diferencias entre función expresiva y función poética, que muchas veces suele confundirse. La primera privilegia al emisor, y la segunda, la poética, al mensaje, a la palabra, las sugerencias que ésta puede producir al asociarse con otras.
Mukarovsky, también miembro del Círculo de Praga, concibe el lenguaje de la poesía distinto al lenguaje cotidiano ya que en éste, la atención se concentra en la practicidad y en el poético, la atención se concentra en la manera de construir el texto. Mukarovsky asegura que ninguno de los dos está privado de la función comunicativa ni tampoco de preocupaciones formales, sólo se trata de desplazar el centro de gravedad.
Shkovski considera que el lenguaje literario significa desautomatizar las formas lingüísticas de mirar el mundo. El lenguaje de uso cotidiano significa automatización y economía. La palabra poética en cambio está en proceso continuo de desautomatización. Esta está ligada al momento de la producción y al de la lectura.
Hasta la llegada del Humanismo la función estética estaba subordinada a otras funciones: didáctica, religiosa, histórica, luego esta función cobró autonomía.
En la década del 70 se consideró al texto artístico como una realización del modelo. Texto asociado a mensaje y modelo a lenguaje.
Para Lotman el lenguaje artístico adopta como base el modelo de la lengua natural pero con un significación que remite a normas convencionales, a la ideología, a códigos naturales fundidos en la estructura lingüística que permite su comunicación. El tiene en cuenta al lector que es quien aporta los sistemas culturales desde los que realiza la lectura. Expresa Lotman que el arte trabaja sobre la multiplicidad de planos ya que los elementos constitutivos se integran a distintos sistemas de la cultura. Llamamos sistema a un tejido articulado de signos que vinculan el plano de la expresión con el plano del contenido.
Roland Barthes considera que la literatura es el cruce de dos sistemas, el de connotación y el metalenguaje. Como sistema de connotación, la expresión articula un significante y un significado. Noche oscura remite a un significado denotativo, noche sin estrellas, pero por connotación se abre a otro significado, noche intranquilizadora, o a otro, noche triste. Y la literatura como sistema metalingüístico se propone como un lenguaje que habla de sí mismo. El cruce de ambos sistemas sería la literatura. Para él la literatura es fuente de verdad. ¿Qué verdad? La de sentido, porque la literatura habla del mundo y para hacerlo crea una ficción.
Mijail Bajtin plantea a la literatura como un género discursivo. Tiene carácter social y dialógico, como espacio en el que suenan los ecos de otros enunciados. Cada enunciado se integra a otros de la historia de la literatura. Siempre se ve la presencia de esos otros, directa o indirectamente. A modo de homenaje, de crítica, o de parodia
Jean Paul Sartre define a la literatura como una subjetividad que se entrega con la forma de lo objetivo, un discurso que equivale a un silencio, un pensamiento que se discute a sí mismo. Para él la literatura es compromiso y manifestación. ¿Por qué manifestación? Porque el hombre se manifiesta siempre, escriba o reme, elija una mujer o una corbata. Y para explicar lo de compromiso, asegura Sartre que algunos escritores realistas han dicho que se inclinaban sobre los ambientes que trataban. ¡Se inclinaban! , dice, ¿dónde estaban, pues? ¿En el aire? Fuera de su mundo. Y concluye afirmando que hay escritores que tienen la tentación de la irresponsabilidad.
Aristóteles, en su poética, habla del arte como imitación de la realidad, tal como el poeta la ve o como cree que debería ser. Las artes consideradas por él eran la música, la pintura y la poesía. Dice que sólo se diferencian por cómo y el para qué, por los medios de los que se valen para llevar a cabo la imitación. Manifiesta que la gente llama poeta a todos los que escriben en verso, aún si se tratara de un tratado de medicina escrito en verso. Idea que él no comparte, para él son poetas los que escriben poesía, épica, tragedias, comedias, o cuentan historias. Unos usan la armonía y el ritmo, otros hechos malos o buenos, otros actúan. Aristóteles está hablando de algo que está más allá, está hablando del propósito.
Hace muchos años me enseñaron en el colegio que la literatura es el arte de combinar las palabras.
Creo que por lo dicho hasta ahora, acordando o no el algunas cosas, hay algo en lo que coinciden todos y entonces podemos decir que la literatura no es la expresión de sentimientos, la mera apelación a quien lee o el testimonio sobre algo que pasó. La literatura incluye esas funciones, pero las subordina a otra, a la función estética.
Para concluir con el tema de qué es la literatura me gusta la explicación que da Nabokov, él dice que la literatura no nació el día que un chico llega hasta su padre corriendo y asustado, diciendo que un lobo viene persiguiéndolo, con el lobo en sus talones, sino el día en que un chico llega hasta su padre, corriendo y asustado diciendo que un lobo viene persiguiéndolo, y ese lobo no existe. O sea, la literatura como ficción. Y aunque no lo diga explícitamente está incluyendo la función poética, porque para que el padre, el lector crea en la presencia del lobo deberá crear verosimilitud en el relato y para crearla deberá valerse de recursos propios de la literatura. Deberá seleccionar los datos, deberá decidir de qué manera , qué forma empleará para contarlo, qué recursos empleará.
Hablamos de ficción. ¿Qué es la ficción? ¿Sólo lo que resulta de la invención del autor? Sin dudas, no. También lo que resulta de algo tomado de la realidad, que nunca será exactamente igual a esa la realidad, que será una recreación, porque tanto autor como lector pondrán sus vivencias, sus sentimientos, su modo particular de aprehender el mundo.

Antes de abordar el tema de los géneros, me gustaría remarcar sobre conceptos que hemos manejado hasta ahora, el de poeta y función poética. Vemos que desde Aristóteles hasta los críticos contemporáneos se habla de poeta para referirse a quien trabaja con la palabra. Y se habla de función poética como sinónimo de función estética, o sea, no referido a la forma exterior del lenguaje sino por el carácter de intuición y las imágenes que la revelan, al modo de experimentar la realidad y de recrear el lenguaje.
Tradicionalmente, al hablar de géneros se habló de los géneros literarios, lírico, narrativo y dramático. Hoy, se presenta un panorama más amplio, si decimos géneros, decimos géneros discursivos para clasificar los textos según la función que predomine en ellos.
Jacobson afirma que es imposible restringir el concepto de género a la literatura. Y elabora una clasificación textual según la función predominante. Esas funciones pueden ser expresiva, referencial, apelativa y poética (o sea los textos literarios) La función poética tiene como preocupación el lenguaje mismo, su construcción. Pero agrega Jacobson, podemos hacer una clasificación más estricta de los géneros si tenemos en cuenta la trama. Entonces tendríamos una trama narrativa en la que incluiríamos poesías, cuentos, novelas; una trama descriptiva en la que incluiríamos a la poesía; y una trama conversacional, para el teatro. Clasificación que me parece muy interesante.
Por su parte, Mijail Bajtin manifiesta que usar la lengua significa comprender y producir distintos tipos de discursos. Plantea la existencia de distintas tipologías textuales que constituyen los géneros discursivos y que van desde una simple carta, un relato cotidiano, hasta las manifestaciones científicas y artísticas. Los primeros serían discursos primarios y los segundos, secundarios o complejos.
Resumiendo, no está mal hablar de géneros literarios, sobre todo por cuestiones didácticas. Es más, los chicos lo tienen bastante claro en el aspecto gráfico, ya que suelen determinar que es poesía porque está escrito para abajo, que es cuento porque tiene pocas hojas y novela porque es larga. Y no está mal, repito, pero creo que no es necesario aferrarnos estrictamente a esa clasificación rígida, sobre todo hoy en que los límites entre un género y otro se encuentras más indefinidos, sobre todo hoy que podemos hablar de hibridez de géneros.
Yo diría que los géneros son patrones de percepción y reconocimiento, pero que los textos no pertenecen a tal o cual género sino que participan de varios géneros. Es más cada texto puede fundar un nuevo género.
Es verdad que la poesía es subjetividad, que es la expresión del yo, y eso es tan amplio que puede significar evocación, denuncia, lucha, deslumbramiento, descripción y narración.
Es verdad que un cuento nos muestra un instante de vida que corresponde al pasado, es verdad que narra situaciones, hechos, pero no significa que en esa construcción mesurada y sin estridencia no veamos los sentimientos, la subjetividad.
Es verdad que la novela nos muestra la vida, que es el espejo donde se refleja la vida pero no es menos verdad que también es un espejo de los sentimientos.
Cuando digo sentimientos digo miedos, angustias, problemas, expectativas, posturas ideológicas. Quizás la diferencia, como decía Aristóteles, esté en cómo los expreso.
Entendiendo la Poética como estilo, como modo de ver la realidad, no hay diferencias. Si observamos la poesía Rascacielos de M. Hernández, y un texto de Bukowski, tan diferentes, usando palabras este último tan pocos poéticas, si quieren, atendiendo a la idea que hay palabras poco poéticas y que no comparto, qué diferencia encontraríamos entre ambos si lo único que están haciendo es hablar de la alienación del hombre en Nueva York.
Termino diciendo, para qué establecer diferencias si lo que hacen poetas, cuentistas, novelistas y dramaturgos no es más que dejar en el papel un momento de epifanía y que sólo los diferencia la manera que han elegido para expresarlo.
Gracias.

VII FERIA DEL LIBRO DE SAN NICOLÁS - 2002

CERTAMEN LITERARIO “ALICIA CÁMPORA”

La Municipalidad de San Nicolás de los Arroyos a través de la Dirección de Cultura invita a todos los interesados a participar del Primer Certamen Bianual de Narrativa Breve “Alicia Cámpora” 2008.

Bases y condiciones:

- Sin categorías. Podrán participar a partir de los 18 años, escritores argentinos o extranjeros que habiten en el Partido de San Nicolás de los Arroyos.
- Tema: Libre.
- Género: Cuento breve.
- Presentación de los trabajos: deberán ser inéditos.
Escritos en computadora, papel tamaño A4, letra Arial Nº 12, espacio 1,5. Por triplicado, con una extensión máxima de tres carillas. Enumerar las páginas. La primera página deberá llevar el título del texto y, al lado, el seudónimo. Se podrán presentar hasta dos cuentos en un sobre tamaño grande, con el seudónimo elegido.
- En un sobre pequeño, deberá figurar en su exterior:
a.- Cuento breve
b.- Título de la obra
c.- Seudónimo
En su interior, los siguientes datos:
a.- Título de la obra
b.- Seudónimo
c.- Nombre y apellido del autor.
d.- Fecha de nacimiento, nacionalidad, DNI, domicilio, ciudad, código postal, teléfono, mail.
- En el sobre grande se pondrán las obras por triplicado y el sobre pequeño con los datos personales.
- Apertura y cierre:
a.- Desde el 1 de mayo de 2008.
b.- Cierre el 11 de julio de 2008.
- Se enviará a: Dirección Municipal de Cultura de San Nicolás de los Arroyos; Primer certamen Bianual de Narrativa Breve “Alicia Cámpora”, Maipú 10, C. P. 2900, San Nicolás de los Arroyos, Pcia. de Buenos Aires, Argentina.
Los trabajos que no estén en condiciones y que no respeten el presente reglamento serán considerados fuera de concurso.
No se devolverá ningún material.
Los cuentos no premiados serán destruidos.
El envío de cuentos involucra que han sido aceptadas por los autores todas las condiciones estipuladas.

- Premios:
Primer Premio: 1000 pesos y diploma.
Segundo Premio: 500 pesos y diploma.
Acto de premiación: Sábado 23 de abril del 2009, a las 18 horas en el Auditorio Municipal de San Nicolás de los Arroyos.
En este acto, se conocerá el nombre de los integrantes del Jurado.

Dirección de Cultura de San Nicolás de los Arroyos, Maipú 10.
Teléfono: 03461-421111. e-mail: cultura_sn@intercom.com.ar.

Versos para Alicia


-----------------------------------Por Ana María Rodríguez Francia


---------------------------------..................


-----------------------------------Para Alicia Cámpora

-----------------------------------Escuchando “Galdson sólo piano”

-----------------------------------Roots


I

Bronces.

Bronces en la noche de abril,
casi lamentos,
resonancia del tiempo
y de la ausencia

Bronce que inunda
el alma adolorida.

La luna, en el misterio,
me susurra tu nombre
que se aleja de a poco

y no puedo entender, en estas horas,
el grito de la noche.

II

Arpegios, en cuyo deslizar
se filtran voces
que la Fuente derrama.

Palabra sin palabra.
Fuego sin luz.
Armonía perfecta del silencio.

Allí te veo,
.............en el perfil del viento.

IV

Un diálogo de notas
Impregna el día que,
con luz naranja,
dispersa el ventanal
................en la penumbra.

Raudos, por instantes solemnes,
los sonidos dibujan
.......................un paisaje distinto

y pasas como un ave
.............que vuela su línea de oro
.....................................sobre un lago.

IV

Esta paz,
..que la música redime,
.............dice de frondas,
.................de iluminados bosques transparentes.

Sol y lluvia a la vez
...................en sinfonía

transparencia de algo
.tan secreto, tan íntimo,
..que solamente el esplendor
.............devela.

Es el lugar donde
.............tus ojos verdes,
.............aventan de los párpados
...............................................la sombra..

V

Y la memoria
......llega con antiguas imágenes,
............compañía perfecta
........................de los días que fueron.



VI

Alguien,
....en algún sitio
....................danza.

Velos de otoño envuelven
.......una figura que nos aproxima.

Y estamos otra vez
..................en esta orilla,
.............................tan frágil,
.......................................pero nuestra.

VII

Velaré para siempre tu nombre
.....amiga mía, hermana mía.

Ángel fugaz, sereno y vulnerado.

Maga sutil
.................en tu ritual de estrellas.

NADA HACIA SUPONER



A Alberto Lagunas


Nada hacía suponer que aquella noche volvería a encontrarla. Cuando salí del cine con una mezcla extraña de plenitud y desarraigo, el frío se estrelló en mi cara haciéndome detener. Me abroché el abrigo y con la bufanda me cubrí las orejas. Nunca había soportado el frío en las orejas. Se me enfriaban hasta dolerme, como si me clavaran puntas filosas en los cartílagos. Voy a tomar un taxi, pensé, pero inmediatamente deseché la idea. Caminaría despacio hasta llegar a casa así conservaría ese sabor agridulce que se me había filtrado en los huesos después de ver la película.
No sé si el olor de las calles, su silencio habitual en las madrugadas o el nuevo negocio que ocupaba el lugar de la antigua zapatería, pero lo cierto es que volví a encontrar- la. Fue en la esquina de Roca y Nación (a pocos pasos después de doblar por Roca) cuando la descubrí. Ahí está, me dije deteniéndome abruptamente. Iba una media cuadra delante de mí pero tuve la certeza de que si hubieran sido diez las cuadras que nos separaban, también la hubiese reconocido. ¡Cómo no!
Caminaba apurada. Iba sola igual que yo. Llevaba el tapado blanco y el gorro tejido de color turquesa que usa-ba todos los inviernos evitando que el frío le perforara las orejas.
Me dejé llevar por el primer impulso y la llamé. Apuré el paso para alcanzarla, quería preguntarle cómo estaba, quería contarle de mí, pero por sobre todo tenía curiosidad por saber de ella. Cuando la alcancé no supe qué decir. Me arrepentí de haberla llamado. ¿Para qué?, me pregunté. Si yo misma la había arrancado de mí. La había separado célula a célula de mi cuerpo y la había abandonado. A pesar de todo en seguida cambié de idea porque vi en sus ojos que se alegraba de verme. No obstante, nos saludamos fríamente. A ella siempre le había costado expresar sus sentimientos. ¿Por timidez? Nunca había encontrado otra explicación. Yo sabía que su interior era un nido tibio y envolvente para los que quería, sólo que no lo podía ex presar. En mí seguía ocurriendo lo mismo.
- Vengo del cine, dije estúpidamente, sin ocurrírseme nada más original, y sin mirarla.
Me saludó y metió las manos en los bolsillos del saco.
-Vamos a tomar un café, me dijo con un tono más imperativo que de pregunta.
Caminamos algunas cuadras en silencio. De vez en cuando nos mirábamos y cuando no lo hacíamos directamente, yo sentía que me espiaba. Intuía cierto triunfo, cierta satisfacción en esas miradas furtivas e inquisidoras. Me ponía nerviosa, me empequeñecía.
Al llegar al café, elegimos las dos, sin necesidad de palabras, la misma mesa.
-¿Contra la pared?, leí en sus ojos, y ahí sí supe que en ellos había una burla gozosa.
Nos sentamos una frente a la otra, lo que me permitió (y a ella también) ver su cara con total nitidez. Sus ojos verdes eran jóvenes y brillantes, la boca fresca, sin surcos que delataran el paso de los años y el pelo ondulado, totalmente castaño. Noté las diferencias ( mientras revolvía el azúcar de mi café) en mis manos con rastros de exceso de agua y detergente, en la boca levemente caída y el pelo ondulado y castaño sembrado de canas.
Tomamos el café en silencio, sólo nos mirábamos. Yo sentía cierto temor ( sobre todo cada vez que clavándome los ojos se acomodaba el gorro tejido de color turquesa para impedir que el frío perforara sus orejas) porque percibía su deseo de arrollarme, de meterse nuevamente en mi piel y desplazarme, abandonarme a un espacio sin límites como yo había hecho con ella unos años atrás.
-¿Y a vos cómo te va? Le pregunté intentando otra vez una sonrisa estúpida, reservada.
-…
-Nunca pensé que volvería a encontrarte, insistí tratando de hacerla hablar, intentando romper el silencio absurdo que me exasperaba.
-Es el olor de las calles, su silencio habitual en las madrugadas. ¿Cómo te ibas a escapar? ¡A quién se le ocurre, afirmó encasquetándose una vez más el gorro turquesa.
El silencio nos envolvió en una niebla de nostalgia. Entrecuzamos miradas de tiempo, de reproches, de negaciones. Nos reímos abiertamente al descubrir que las dos estábamos multiplicando papelitos hasta formar una montaña blanca con diminutas rayas violáceas. Siempre aparecía en mis ojos su mirada burlonamente triunfadora. Ya sé, no digas nada, hay cosas que perduran.
-¿Y los chicos?
-Iguales a …
-¿Tu marido?, me preguntó con los ojos rebalsando amor.
-…
Me preguntó por mamá, por papá, por los tíos. Recordamos burlonamente el viaje de estudios (que era todo ella) que hicimos con tanta inocencia, con tantos prejuicios paralizándonos. Recordamos los fines de semana en casa de amigos. Esos sábados que eran más observación (de parte nuestra) que charlas, más respeto por los demás (también de parte nuestra) que ganas de sobresalir o de imponer la voluntad. En eso sigue estando, pensé muy secretamente (jamás le daría el gusto de admitirlo). Entonces, por primera vez en la noche, un sentimiento de culpa me hizo estremecer, sentí que en cualquier momento mis fuerzas se evaporarían y ella lograría lo que se había propuesto desde el exacto minuto en que nos encontramos. No estaba dispuesta (pese al sentimiento de culpa ) a permitírselo, por eso aspiré profundo para llenarme entera de esa noche del ochenta y siete.
-Se hace tarde, me dijo remontándome a horarios que cumplir y caras de reproches por retrasarme, caras que indefectiblemente encontraba al abrir la puerta los sábados en las madrugadas.
-Puedo llegar cuando se me dé la gana, le contesté con rabia.
-Mirá la hora que es, por qué tan tarde, qué te dije antes de salir, el sábado que viene te quedarás en casa. . . , enumeraba sin parar, histéricamente, imitando la voz de mamá.
-A mí ya no me pasa, eso te seguirá pasando a vos, le dije atravesándola con la mirada.
-Puede volver a pasar. . ., dijo con el mismo sarcasmo que había presentido todo el tiempo.
Simulé no escucharla, junté los papelitos rotos desparramados en la mesa y los puse en el cenicero. Después de llamar al mozo y pagar los dos cafés, me abroché el abrigo, cubrí mis orejas con la bufanda y salí del bar. No la miré.
Sentí sus pasos detrás de mí. Me seguía. Incansable. Una vez que me alcanzó, caminó a mi lado en silencio. La noté nerviosa, inquieta, como si una extraña ansiedad devorara su cuerpo. Tuve, ciertamente, la urgente necesidad de escapar. No quería permitir que se adentrara en mí hasta rasgarme los huesos, incrustándose en ellos para imposibilitar mis intentos de abandonarla. Ella sabía que yo intentaría arrancarla de mí una vez más.
Caminamos en ese estado de inquietud durante dos cuadras. En la esquina de Roca y Garibaldi no soporté más su presencia. Quise correr, alejarme lo más rápido posible. Lo hice, pero una necesidad asfixiante me impidió continuar. Necesitaba despedirme, no podía irme así. Me detuve y dejé que me abrazara. Yo también la abracé fuerte. No dijimos nada. Sólo el abrazo profundo.
Cuando nos separamos no la vi. Había desaparecido como una visión fantasmagórica. Sin pensarlo, sin buscarla, seguí caminando rápido, triunfante, con mi gorro tejido de color turquesa que usaba todos los inviernos, para impedir que el frío perforara mis orejas.


Cuento del libro “NADA HACÍA SUPONER” de Alicia Cámpora - Fondo Editorial San Nicolás- 1988

EL PÁRAMO-

de ALICIA CÁMPORA


-¿Sabés lo que es estar en un páramo, desnudo y solo?
-Sí que lo sé, casi te diría que es mi estado natural
-¿Vos?
-Yo
-Andá, qué decís
-Que sé lo que es estar en un páramo, desnuda y sola, que te arranquen la piel, que descubran tu alma, que no te comprendan y que huyan de vos.
-¿Quién podría arrancarte la piel?
-Quizás yo misma
-¿Y por qué querrías hacerlo?
-De sádica nomás.
-¿Vos sádica?
-O masoquista
-¿Vos masoquista?
-O autodestructiva
-Quién me iba a decir.
-¿A decir qué?
-Que eras autodestructiva
-Parece que sí
-Parece
-¿Parece?
-¿Cómo saberlo?
-Preguntándoselo
-Esto es muy fácil. Decirlo, claro.
-O muy difícil respondérselo.
-En eso estoy de acuerdo
-¿En qué?
-En que es difícil respondérselo, por varias razones
-¿Varias? Creí que había una sola.
-Varias.
-¿Cuáles serían las varias?
-Miedo.
-Qué más.
-Orgullo
-Qué más
-Mirada errónea sobre la realidad.
-Qué más
-¿No son suficientes?
-¿Para qué?
-Para pensar.
-Estoy cansada
-¿De qué?
-De pensar
-¿Por?
-Porque no hago otra cosas en mis días.
-¿Y?
-¿Y qué?
-¿Y qué pensás?
-En todo
-Es muy amplio
-Todo es una sola cosa
-No me parece.
-¿Por?
-Porque todo pareciera ser muchas cosas.
-Depende
-¿De qué?
-De donde se lo mire
-¿Y vos desde dónde lo mirás?
-Desde mis vivencias.
-¿Qué vivencias?
-Las de todos los días.
-¿Y cuáles son?
-Como si no supieras.
-Quiero saber si son las que pienso
-Seguro, soy de lo más vulgar
-¿Vulgar?
-Sí, vulgar
-¿Por?
-Porque sí, porque me pasa lo que a todos.
-¿A quiénes?
-A la gente
-Qué gente
-La que anda por las calles.
-¿Vos la ves?
-¿A quién?
-A la gente.
-Claro, no hago otra cosa que verla
-¿Y cómo la ves?
-¿A quién?
-A la gente.
-En un páramo, desnuda y sola

EL PECADO DE NANI

Se levantó y fue derecho al baño. Se lavó la cara, se la secó y se miró en el espejo. Cuándo vas a aprender, Nani. De dónde sacaste que tenías que decir todo lo que pensabas. ¡Pobre Nani! Cuánta ingenuidad. Por qué será que no podés callarte una sola vez, al menos, alguna parte de todo lo que pensás ¡Ay Nani!, cuánta ingenuidad. ¿Todavía no te diste cuenta cómo son las cosas? Cada uno tolera lo que tiene ganas de oír, Nani querida, se dijo mientras intentaba desparramar su maquillaje con dedos nerviosos. Lo que menos ganas tiene todo el mundo, aún vos, Nani, es que alguien se le pare enfrente y le diga lo que no quiere oír ni ver. ¿Te das cuenta?, se preguntó una vez más. Y como si hubiera logrado convencerse a sí misma, hizo una sonrisa a quien tenía en el espejo y salió decidida. Los tacos resonaban en toda la casa. Fue y vino con alegría, fue y vino sonriente, diciendo a todo que sí, bah, a todo no, había cosas que no podía hacer, pero bueno, conseguía de algún modo cumplir la autopromesa porque si el sí no salía de su boca, la que no ponía tanta resistencia era su sonrisa, y la mirada lánguida y anodina que ocultaba la lucha de demonios que llevaba en su interior. Un buen salvoconducto la sonrisa, y también la languidez de su mirada. Así manejó la situación durante varias semanas, y cuando sentía que las fuerzas le flaqueaban y que estaba a punto de deshilvanar cada una de las cosas que pensaba, corría al baño y se decía, mirándose en el espejo, ¡Ay Nani! ¿De dónde sacaste que tenías que decir todo lo que pensabas, de dónde sacaste que te van a perdonar que digas lo que no quieren oír. A los dos meses de corridas hasta el espejo y palabras a esa que la escuchaba, en varias oportunidades sintió flaquear sus fuerzas. Y las fuerzas le flaqueaban porque su naturaleza era otra y porque aunque parezca fácil no lo es tanto eso de coordinar razón y sentimientos. Pero claro, había un hecho muy concreto y real que la animaba lo suficiente, estaba obteniendo excelentes resultados con esos silencios programados. La armonía se deslizaba por pisos y paredes y era bueno, ella sentía que eso era bueno, acogedor, que la liberaba de tensiones. Pero claro, esa tarde le fue más difícil que nunca. Esa tarde que tuvo que escuchar tantas mentiras y enfrentarse a esa hipocresía, le resultó muy difícil mantener su cara de escultura sonriente y de ojos prácticamente vacíos. Y se desesperó, se asustó, no quería que la armonía dejara de deslizarse por pisos y paredes, no quería explicaciones confusas e innecesarias, no quería nada de eso otra vez, y entonces corrió hasta el baño, se plantó frente al espejo, se miró fijo, amenazadora, hasta que la otra cara, la que tenía frente a ella, con el índice acusador le dijo, ¡Ay Nani! No era para tanto, tendrías que saber que hay un fino límite, que traspasarlo es quebrar el equilibrio. Y cuando la otra cara terminó de decir esto y la mano bajó el dedo acusador, el espejo se quebró.



Alicia Cámpora

LA SOMBRA II

La sombra se proyectó sobre la casa y la dejó en tinieblas. Tan profunda. Tan negra. Tan sádica bajo su máscara.
La sombra no se conformó con tragarse la luz, y entonces también se tragó el aire. La sombra de la muerte y la sombra de la vida. Como una patética conjunción de los contrarios.
Nani levantó hasta el tope las persianas, con desesperación. Buscaba un rayo de luz. Tan ingenua era.
La sombra penetró por el mayor espacio de las ventanas y se apropió de todos los rincones. Se apoderó de la totalidad de la casa. Pero, por supuesto, nunca pudo conocer el sol. Se apoderó de toda la casa, decía, sí, pero... por cuánto tiempo. Se sintió triunfadora. En su ignorancia ni se le ocurrió pensar que no existe sombra sin sol. Es por eso que tapó todos los agujeros, cerró, clausuró todas las ventanas para que ni un mínimo de luz pudiera penetrar, y ser ella, sola, la sombra, marchita, triste, la reina. Pero no, pobrecita, no, esa sombra se fue muriendo.
Ya lo dije, no existe sombra sin sol. Y entonces fue desapareciendo, se acabó en la oscuridad de la casa, y las paredes se cubrieron de blanco, y amarillo, y el olor a tilos llegó a nosotros y el sol nos curó, y a ella, la expulsó para siempre.

LA SOMBRA I

La sombra se proyectó sobre la casa y la dejó en tinieblas. Tan profunda. Tan negra. Tan sádica bajo su máscara.
La sombra no se conformó con tragarse la luz, y entonces también se tragó el aire. La sombra de la muerte y la sombra de la vida. Como una patética conjunción de los contrarios.
Nani levantó hasta el tope las persianas, con desesperación. Buscaba un rayo de luz. Tan ingenua era.
La sombra penetró por el mayor espacio de las ventanas y se apropió de todos los rincones. Se apoderó de la totalidad de la casa. Pero, por supuesto, nunca pudo conocer el sol.